El escenario
Esperamos una desaceleración económica global para este año, por los efectos que generaron las tensiones comerciales en el sector de bienes transables, pero creemos que las probabilidades de una recesión aún son bajas porque: i) La debilidad industrial todavía no se trasladó al sector de servicios ni al mercado laboral; ii) Estados Unidos y China estarían cerca de un acuerdo comercial; iii) La Fed y el Banco Central Europeo giraron hacia una política monetaria menos restrictiva en un intento de volver a alargar el ciclo económico; iv) Comienzan a materializarse los efectos del plan de estímulo de China. Al mismo tiempo, la inflación se mantendría contenida, por lo que 2019 podría volver a ser un año de suba en los precios de los activos, como 2017, pero con un ciclo económico más avanzado y mayor volatilidad financiera
Cómo posicionarse
Sugerimos una cartera balanceada para un perfil de riesgo moderado con un 60% en activos de renta fija (30% soberanos/30% corporativos, 12% EE.UU./18% América Latina), 30% en acciones (22,5% blue chip, SPY, XLK/7,5% growth, EWZ, EWW), 7,5% en commodities (5% oro, GLD/2,5% agrícolas, DBA) y 2,5% en cash (dólar, UUP)
View táctico
Tenemos un view positivo respecto de las acciones gracias al cambio en la política monetaria de la Fed, pero creemos que es difícil que mantengan el ritmo alcista del primer trimestre del año. Continuamos neutrales en bonos soberanos por su correlación negativa con las acciones, que probó ser una buena estrategia de diversificación; y somos optimistas en cuanto a los bonos corporativos ante la normalización más flexible del balance de la Fed, que reduce el efecto crowding out del Tesoro de EE.UU. A nivel regional, seguimos favoreciendo a EE.UU. y América Latina en relación con Europa, debido al menor crecimiento económico esperado y mayores riesgos políticos. Entre las commodities, vemos oportunidades tácticas en el segmento agrícola por un eventual acuerdo comercial entre EE.UU. y China, pero también nos posicionamos en oro como cobertura contra un aumento de la volatilidad financiera.
Fuente: La Nación