12 de Septiembre 2019

Finanzas

Claves sobre el financiamiento pyme

El financiamiento de corto plazo es una de las principales víctimas de la crisis de balanza de pagos que arrancó en 2018 y que en estos días de largo proceso electoral todavía sacude a las variables financieras.

A la caída en la actividad económica que disminuye la demanda para las pequeñas empresas comerciales, industriales y de servicios, se suma así una dificultad extra que es la de conseguir financiamiento barato que cubra las brechas entre los cobros y los pagos.

Tan es así que, para las empresas que han logrado mantener un nivel de actividad saludable, no es raro encontrar que obtienen resultados operativos superavitarios que se vuelven deficitarios cuando se agrega el resultado financiero.

Y el último cimbronazo cambiario post PASO, que disparó 23% al dólar y llevó a la tasa de referencia al 85%, no mejoró las cosas. (…)

Aun antes de eso, los préstamos comerciales –como se engloba al financiamiento para empresas- de todo el sector financiero se encogían. El stock de préstamos de bancos para empresas se redujo más de 40% interanual en el primer semestre en comparación con mismo período de 2018. La cifra es en términos reales, es decir, descontando el efecto de la inflación sobre el valor de los montos otorgados.

Las réplicas del temblor que golpeó al mercado local luego de la contundente victoria opositora en las primarias llegaron a prácticamente todos los mercados, con efectos incluso en uno de los refugios que habían encontrado las empresas más chicas: el mercado de capitales. Con tasas en pesos inestables, el financiamiento a través de descuento de cheques en el mercado de capitales se desaceleró, restringiendo el acceso a una de las vías más baratas de apalancamiento que quedaban.

Como respuesta a ello, desde los distritos que controla el oficialismo lanzaron a los bancos de capital público a generar opciones para permitir al sector superar el impacto sobre la cadena de pagos, en un esfuerzo por sostener la actividad económica en un año recesivo.

Una de las entidades que más fuertemente intentó reaccionar fue el Banco Ciudad, con un amplio paquete orientado a las compañías más pequeñas.

El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta hizo el anuncio poco después de las primarias, en un intento por mostrar iniciativa ante el impacto de las PASO en las variables económicas. La Ciudad parece un bastión para el oficialismo, pero el Gobierno no quiere que la profundización de la recesión y el estrés financiero hundan al distrito en el período entre las primarias y la definición de las elecciones, esperado recién para octubre o –en caso de ballotage- para el mes siguiente.

(…) Distintas entidades bancarias que operan en la Argentina también buscaron acompañar con alternativas las propuestas que surgían desde el Gobierno, ya sea como parte de esas mismas iniciativas o bien a través de productos de mercado que aspiraban a responder a la necesidad de financiamiento por parte de las pequeñas y medianas compañías.

En líneas generales, todas las entidades tienen líneas específicas para el segmento de pequeñas y medianas empresas. Y, aunque el entorno de tasas conspira contra los volumenes, ya sea de la mano de iniciativas oficiales como las líneas subsisidadas para pymes del segundo trimestre del año o con promociones propias, los bancos privados buscaron ingeniárselas para seguir abasteciendo a ese mercado.

En particular, las entidades privadas pudieron en muchos casos ganar participación de mercado en una plaza que perdía tamaño. La clave estuvo en la capacidad de crear líneas a medida.

Banco Mariva ofrece entre sus productos principales el aval de obligaciones simples, algo que pocos bancos ofrecen actualmente, y que permite emitir obligaciones negociables simples para Pymes dentro del régimen simplificado. Además, cuenta con líneas orientadas a financiar capital de trabajo como acuerdo de descubierto en cuenta corriente, préstamos amortizables, descuento de cheques de pago diferido, como así también negociación de cheques a través del MAV.